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Siempre estuve en riesgo, un libro para jóvenes que todxs debemos leer

Actualizado: 4 oct 2022

¿Cuántas veces has estado en riesgo por el solo hecho de ser mujer? A través de historias de mujeres y datos oficiales, Ale del Castillo y Moisés Castillo ofrecen en este libro un panorama de los tipos de violencias machistas y bajo distintos contextos.


En México, el 72% de las mujeres tiene una percepción de inseguridad. Y no es para menos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública y Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, julio 2022), el 24.8% de las mujeres mayores de 18 años ha sufrido acoso o violencia sexual en lugares públicos.


Estos datos confirman que para las mujeres, en un país como México, la expectativa de vivir en riesgo es una constante y no solo en las calles, también en sus casas, escuelas, lugares de trabajo o en cualquier otro sitio, en cualquier momento y a cualquier edad.


De eso trata Siempre estuve en riesgo, un libro de Ale del Castillo y Moisés Castillo reeditado este año bajo el sello de la editorial Penguin Random House, el cual reúne las historias de mujeres que han sufrido distintos tipos de violencia en varios ámbitos.

"Es un libro de primeras conversaciones sobre la violencia, sobre cosas que no hemos hablado y que necesitan un diálogo más amplio; por ejemplo, sobre la cultura de la violación, que es gravísima y que me hace pensar que hemos estado ahí muchas veces sin saberlo", dice Ale del Castillo en entrevista con Marejada.

Moisés Castillo señala que, si bien el libro aborda temas que impactan a la adolescencia y la juventud, es un contenido que todas las personas, de cualquier edad, deben leer.


"Este tipo de libros están enfocados a que la gente tenga más empatía, este país necesita empatía (...) No es posible que en México maten a 10 mujeres al día y no pase absolutamente nada", expresa.


Ale del Castillo y Moisés Castillo —ambos periodistas— también son coautores de Amar a madrazos y Los Nadie, publicados hace casi 10 años. En este periodo, coinciden, lo único que ha cambiado es que las mujeres han alzado la voz para nombrar la violencia que persiste.


Nombrar la violencia


En la portada de Siempre estuve en riesgo figuran los rostros de mujeres que comparten sus historias. También están las etiquetas de los distintos tipos de violencia: obstétrica, por orientación sexual, micromachismos, cultura de la violación, embarazo adolescente, sexting


En otra época, refiere Ale del Castillo, parecía impensable que las mujeres víctimas aceptaran ser identificadas por temor a la revictimización. Ahora, ellas mismas son sus principales armas.

"Hace 10 años las mujeres te pedían que les pusieras otro nombre. De hecho, en Amar a madrazos solo hay un hombre real y es el de una mujer que salva a otra. Pero ahora las mujeres piden que sí se usen sus nombres, ellas quieren tener voz y nombrar a la violencia, porque lo que no se nombra no existe", señala la comunicadora.

¿Y esto de qué sirve? Cuando una mujer hace pública su historia de violencia genera un espacio sororo, reflexiona Ale del Castillo. Esas voces replican en la prevención, en la compañía y en el diálogo con otras mujeres.

"Hoy vemos a mujeres que quieren decir ‘esto me pasó a mí y no quiero que te pase. Te lo cuento desde un lugar honesto y sincero, porque a las mujeres nos cuesta mucho decir que hemos sido violentadas, nos duele", expresa.

Para Moisés Castillo, cada una de las mujeres que cuentan sus historias en este libro son hermanas, mamás, tías, primas, amigas o compañeras de trabajo que no pueden salir a trabajar, a la escuela o a divertirse, y no saben ni sabemos si van a regresar a casa.

El periodista indica que en Mexico siete de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, según la última encuesta del INEGI (agosto 2022).

"Es increíble que esta situación no merezca la atención necesaria. En 10 años la violencia se ha recrudecido y en materia de políticas públicas tampoco se ha hecho nada; hay un ninguneo total hacia las víctimas que denuncian y las feministas que salen a marchar. Ante este panorama, trasciende la importancia de que haya alguien haciendo ruido", menciona Moisés Castillo.

Siempre estuvimos en riesgo


El título del libro surgió de uno de los testimonios recabados por los dos periodistas: una niña de nueve años comenzó a ser acosada en casa por su padrastro.


"No imagino cómo debe ser vivir en todo el día en riesgo, con el temor de que me abra la puerta, de que me viole, de que me acuse… ¿cómo vives con tu agresor a una edad tan temprana? Ella me lo resumió con un 'siempre estuve en riesgo', y fue muy revelador pensar que esto pasa todo el tiempo: camino a tu trabajo, en el mismo trabajo, en la escuela, en casa, con tu novio, con amigos", reflexiona la escritora.


Para Moisés Castillo este tipo de historias es un reto, pues no basta con la mirada periodística, se debe tener una perspectiva de género, un aspecto que se cree “lejano” para los hombres.

"Se nos cuestiona a los hombres que escribimos temas de violencia hacia las mujeres, y yo creo que como periodista y como persona puedo ayudar desde una perspectiva, quizás sí desde mi 'pluma masculina', pero no hay que perder de vista que al final somos nosotros los que violentamos a las mujeres. Lo que intento con mi trabajo es sensibilizar a otros y hacerles reflexionar sobre por qué actuamos violentamente, creo que solo así podemos construir, junto con las mujeres, una sociedad libre de violencia", destaca Castillo.

La segunda edición de Siempre estuve en riesgo ya está disponible en cualquier librería o tienda departamental de México. También puedes encontrarlo en ebook o audiolibro.


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