Mucho se habla de los feminicidas, pero poco de las víctimas. Este es un texto en honor a Fernanda Sánchez Velarde, asesinada en enero de 2014 en el Estado de México. ¿Quién era y cuáles eran sus propósitos?
Fernanda Sánchez Velarde soñaba con estudiar hasta convertirse en dentista, pero a los 15 años su propósito de vida cambió al enterarse que estaba embarazada.
Al poco tiempo, Fernanda se convirtió en madre y formó una familia con su pareja, Led ‘N’. Aún así, deseaba seguir estudiando para darle un mejor futuro a su hijo, “pero ya no la dejaron”, cuenta en entrevista Magdalena Velarde Tepoz, mamá de la joven.
El 4 de enero de 2014, Fernanda Sánchez, ya con 18 años y un embarazo de cuatro meses, fue localizada sin vida en el domicilio que compartía con la familia de su esposo en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México.
En un inicio, las autoridades, basadas principalmente en los testimonios de la familia de Led ‘N’, determinaron que la joven se quitó la vida. Pero el cuerpo de Fernanda presentaba contusiones que no eran correspondientes a esa hipótesis —se contabilizaron hasta 16 lesiones— y, además, no había motivos claros que explicaran el suicidio.
“Después de que nació su hijo, él se convirtió en el propósito de vida de Fernanda. Todo lo que hacía era por él (...) Ella quería que su hijo fuera una persona educada y que pudiera estudiar, aunque (todavía) era muy pequeño, pero ya veía algo en el futuro para su hijo; solamente se veía ella con él”, dice la señora Magda frente a los juzgados de Cuautitlán Izcalli.
Es en ese lugar donde se llevan a cabo las audiencias contra Led ‘N’ por el feminicidio de Fernanda. El camino no ha sido fácil. Debido a las amenazas, la impunidad y la violencia institucional, pasaron cuatro años para lograr la reclasificación del caso, y otros tres para que, en abril de 2021, el probable responsable finalmente fuera detenido y vinculado a proceso.
Un coro de “No estás sola” acompaña a Magdalena Velarde en cada audiencia. Son mujeres, hombres, activistas y otras familias víctimas colaterales de feminicidio quienes se instalan afuera de los juzgados con fotografías de Fernanda y la exigencia de justicia.
En una de las fotografías aparece Fernanda cargando a su hijo, quien en ese momento tenía poco más de un año de edad. Se observa a la joven mirando fijamente a la cámara, que capturó su habitual delineado negro en los ojos y una sutil sonrisa, aunque su madre la recuerda como una persona muy feliz y amorosa.
“Fernanda era una persona muy hermosa, y no es porque sea mi hija, pero era una persona tan linda, tan amorosa y demostrativa (...) Era un ser de luz, era para mí uno de mis alicientes de vida, ella me daba mucho para seguir adelante”, describe la señora Magda.
Poco antes de su feminicidio, Fernanda había encontrado trabajo y le confesó a su mamá que tenía planes de seguir estudiando, pues su propósito todavía era convertirse en dentista. “Yo creo que sí hubiera terminado una carrera”, agrega Magdalena Velarde.
A inicios de julio de este año, el nombre de Fernanda Sánchez Velarde fue inscrito en la Plaza de los Mártires, en el zócalo de Toluca, Estado de México, junto a los de Eugenia Machuca Campos (35 años) y Fátima Quintana Gutiérrez (12 años), también víctimas de feminicidio en el Estado de México.
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